Me puse la bombacha por arriba del pantalón del
pijama. Así vestida tal vez adquiera poderes. Por algún lado se empieza. Espero aunque sea el más sutil de los cambios. Eso de poder volar
sería creerme súperman. Demasiado. Pero, hacer tambalear objetos en vez de
moverlos enteros de un lugar a otro. Moverme a mí—sería levitar—para no pretender
algo tan obvio como volar. Esa no es la realidad. Aun esta vestimenta me lo
hace saber. En realidad, lo que haré es quedarme bien quieta. Quietita, a ver
si puedo sentir.