Le
estoy perdiendo el miedo a la lluvia. Al fin empiezo a entender que el quid del
asunto es el intermedio: estar mojada es una cosa, estar seca es otra, pero lo
que nubla es estarse mojando, mojarse. La lluvia está separada del
llover, y ahí en mi brazo, ahí donde el paraguas falla, se junta todo.
Participar del cambio mientras hay un relato de cada paso que está afuera y lo
incorporo. Cuando escampe voy a necesitar que empiece a llover nuevamente.