Tuesday, April 26, 2011

Navegar con tripulación

Muchas veces cuando escribo tengo una tripulación conmigo: son las personas a las que le pregunto cosas. Les pregunto, y no porque no pueda googlear la información o porque no pueda encontrarla en algún libro, les pregunto porque quiero escucharlos a ellos. Es que le dan textura, capas, al asunto.

Escribir es un acto solitario, o eso dicen. Para mí, no es tan así. Es cierto que durante muchas partes del proceso necesito estar sola, pero para otras partes necesito a la tripulación. Una de las personas de mi tripulación era mi padre. Lo llamaba o le escribía preguntándole que me cuente una vez más sobre Benavidez, que cómo se llaman las cuerdas de un velero y para qué sirve cada una, cuáles son los síntomas de ese tipo de enfermedad específica, y cómo y por qué se trata la esquizofrenia así.

Ayer empecé a escribir un poema. Me di cuenta que necesitaba a mi tripulación. Necesito saber sobre vientos. Busqué en internet, les escribí a mis amigos, a primos, pero no me quedé tranquila hasta que le escribí a la tripulación de mi padre—las personas con las que salía a navegar. 

No me van a dar las texturas ni las palabras ni las capas exactas que me hubiera dado él. Ya sé. No busco eso. Ni siquiera sé si contestarán, aunque estoy segura que sí. Lo que me importa es que con el email que les mandé, sopló un viento.

Monday, April 11, 2011

En un punto se gira hasta 360 grados


¿Cómo se sabe cuál es el punto entre dejar que las cosas sean y la responsabilidad de uno? Estoy buscando ese punto porque sé que ahí quiero estar. Por eso, ejercito el tan difícil soltar.

Empiezo por abrir la mano. Primero levanto el índice, veo cómo se ve y no lo dejo solo. Levanto el mayor, y sigo con los demás. El último es el pulgar—el prensil por excelencia.

Respiro para dejar ir los sentimientos agarrotados como pantorrillas acalambradas. Los respiro; sigo respirando.

Te digo sé feliz porque el verbo irse y el adiós tienen algo que ver.

Cierro la computadora por hoy. El trabajo puede esperar. La comunicación con el otro también. A la urgencia le doy cierta palidez.

Empiezan a haber más ángulos.